Organización hidráulica y poder en el Cuzco de los Incas1 – Introducción

El agua de regadío era esencial para la vida económica de los incas.2 Permitía la agricultura intensiva del maíz, el cultivo más importante para la economía y el culto estatal, y de los pastos para los grandes rebaños de llamas y alpacas cerca del Cuzco, la ciudad capital de los incas. Además, el regadío es la clave para comprender la organización social y política de la capital incaica.

En ningún lugar se manifiesta esta relación con tanta complejidad y elegancia como en el Cuzco, donde el Estado inca integró dentro de la zona metropolitana de la capital numerosos distritos de canales para la irrigación dentro de las unidades administrativas asignadas a los grupos corporativos que corresponden a las “panacas” y los ayllus.

3 Las divisiones administrativas del Cuzco se relacionaban directamente con la geografía hidráulica. El valle del Cuzco formaba el distrito metropolitano de la capital incaica, que comprendía zonas urbanas y rurales entrelazadas por numerosas acequias. Era un área aproximada de 18 por 6 kilómetros que corresponde a la cuenca del río Huatanay hasta la Angostura (Ver Mapa 12).

Los incas ampliaron la cuenca natural al construir la acequia de Chinchero, que traía al valle aguas desde fuera. Dentro del valle había muchas acequias integradas en varios sistemas o redes hidráulicos. Los incas consagraron las fuentes de estas acequias en la forma de huacas (santuarios) a las que se hacían ofrendas.

Las acequias por el lado Norte del valle, Hanan Cuzco (la parcialidad o moitié de arriba), se consideraban más importantes y los suelos más fértiles. Los incas reconocieron formalmente esta importancia al marcar las fuentes, tomas y otros puntos estratégicos de estos canales con piedras finamente talladas, como el acueducto y el canal de Chacan, o con construcciones como el “baño” de Tambo Machay.

Estas se consagraron como huacas y recibían ofrendas. Los primeros observadores españoles en el siglo XVI encontraron que la ciudad del Cuzco, la zona urbana más grande del valle, estaba rodeada por varios pequeños asentamientos urbanos esparcidos por esta zona metropolitana. Estimaron una población de unos 150.000 a 200.000 habitantes.4 El Cuzco era el centro mayor, donde se concentraban los palacios y los templos de la élite. El distrito metropolitano comprendía la ciudad del Cuzco más los otros pueblos menores y algunas casas aisladas, todos rodeados de terrenos cultivados y regados.

En este capítulo argumento que los incas administraron el valle como una totalidad, integrando estas zonas urbanas y rurales dentro de las subdivisiones que crearon, basadas en la geografía del riego. Por eso hay que analizar el valle completo como una totalidad para llegar a una comprensión mayor de lo que era la organización incaica del Cuzco. La ciudad se consideraba el centro del valle, y el valle fue organizado desde el punto de vista del Inca en el Cuzco.

Los límites entre las subdivisiones se medían con referencia al centro. La distribución de los derechos a las acequias y a las tierras fueron codificados por medio de un sistema de organización radial basado en un conjunto de líneas –en quechua ceque– que funcionaban sobre el territorio como los radios que dividen un círculo en sectores.

El Estado incaico definió los límites de las subdivisiones administrativas del valle entero en base a los criterios geográficos de la hidrología natural y de los contornos de las áreas regadas por cada canal. En el Cuzco, igual que en los pueblos pequeños, los límites territoriales de los ayllus (grupos sociales, locales y corporativos) coincidían con las divisiones hidrológicas.

En el Cuzco se creó un tipo de grupo corporativo que se identificó con la nobleza incaica, basado en los principios de organización del ayllu, para controlar las acequias y tierras más importantes del valle: la “panaca”. Las “panacas” llevaban la responsabilidad principal de administrar los sistemas mayores de irrigación.

5 Así se coordinó la distribución de los derechos a las aguas y tierras a ciertos grupos corporativos, cuyos territorios eran idealmente los sectores formados por la aplicación de los principios de la organización radial del valle del Cuzco. Antes de 1976, la interpretación prevalente del funcionamiento de las líneas radiales que formaban el sistema de los ceques era que estas rayas no tenían relación alguna con la ubicación real de las tierras de las “panacas”, a pesar de que algunas fueron encargadas a ciertas “panacas”.

6 Se asumía que esta designación sólo indicaba una obligación ritual del cuidado de las huacas, hitos sagrados ubicados en los ceques. Además, se pensó que Bernabé Cobo, el cronista cuya descripción de los ceques es la base para estos análisis, se equivocó en la designación de qué “panaca” tenía cuál ceque.7 Se revolucionó la interpretación del sistema de los ceques cuando, durante mis investigaciones etnográficas y etnohistóricas en el Cuzco en 1975-1976, descubrí la conexión entre las acequias del Cuzco incaico y los ceques.

En realidad, hay una correspondencia directa entre los ceques asignados a las “panacas” y los puntos de origen de las acequias mayores del Cuzco.8 Estos puntos de origen se incorporan en la forma de huacas. Las tierras de las “panacas” comprendían las tierras regadas por estas acequias.9 Los ceques, y las huacas en los ceques, indican los linderos de estas tierras. De manera que el sistema de ceques resulta ser un mapa de la distribución de los derechos de las “panacas” a las acequias y tierras del valle.

Las “irregularidades” en la manera de designar ciertos tipos de ceques (collana, payan o cayao) y ciertas “panacas” demuestran una correspondencia directa entre las “panacas” y las fuentes de sus acequias. Hay otras irregularidades en la ubicación de las líneas que se deben a las exigencias de la topografía del regadío. En este capítulo analizo el rol que jugó el regadío en la organización política del Cuzco incaico, sobre todo en la determinación de los linderos entre las dos parcialidades (moietiés o mitades complementarias) del Cuzco, y entre los sectores que formaron las subdivisiones administrativas de estas parcialidades.

Demostraré la relación entre la división dual y la división sectorial con la distribución de los derechos a las aguas y las tierras del valle. Primero describiré la división dual que era la más fundamental. Luego analizaré la aplicación de los principios de organización radial: (1) a la geografía del regadío, y (2) a la distribución de los derechos a las acequias de las “panacas y los ayllus; y analizo la manera en que esta información se codificó en el sistema de los ceques.

Finalmente, esbozaré unas ideas de cómo se administraba el riego en la época incaica. Concluyo que los incas planificaron el valle del Cuzco como un distrito metropolitano a base del riego.

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