El agua: Ideología y poder de los Incas1 – El poder del Estado incaico
El Estado incaico logró expandirse desde el valle del Cuzco para formar el imperio con el territorio más extenso de todo el Nuevo Mundo: hasta lo que es hoy el Sur de Colombia al Norte, y el Valle Central de Chile al Sur. Esto se logró a base tanto de conquistas militares como de alianzas políticas.
Organizaron su territorio para cobrar tributo en la forma de trabajo, y se enriqueció como un Estado redistribuidor del producto de este trabajo, sin la existencia de mercados. Cada pueblo era más o menos autosuficiente. Eran agricultores en su mayoría, que dependían del agua de regadío para su cultivo más importante: el maíz.
Fue también el cultivo más importante para el Estado. El Estado incaico, entonces, manipulaba el poder de redistribuir tierras y aguas según sus designios políticos. Favorecían a los aliados más fiables con aguas y tierras, y despojaban a los desleales de sus tierras y recursos hídricos. 25 Esta política se ve en el Cuzco mismo, donde los Incas reorganizaron los derechos a tierras y aguas en momentos críticos de su historia.
La última reorganización antes de la conquista española se atribuyó a Pachacuti Inca, quien despobló el valle del Cuzco y redistribuyó las tierras a grupos de incas y a unos cuantos grupos aliados con ellos.26 Esta reorganización se efectuó según un orden jerárquico, que se formalizo en el sistema de ceques o líneas.
27 Sin entrar en los detalles de este sistema, los ceques o líneas ordenaron 329 sitios sagrados en el valle, más de cien de los cuales eran manantiales o estaban asociados con fuentes de agua. He podido identificar que distribuyeron el cuidado de las fuentes más importantes a los grupos de más alto rango.28 Esta distribución de fuentes de agua fue el modo principal de controlar los recursos hidráulicos.
Había oficiales encargados de resolver pleitos entre grupos y ‘tomeros’ que vigilaban la repartición del agua. Hasta la fecha conocemos muy poco sobre estos oficiales. Lo que es evidente es que no había una burocracia hidráulica masiva y que cada grupo manejaba sus acequias con bastante autonomía local –un sistema eficiente y flexible, bien adaptado a las circunstancias y a las necesidades de cada grupo autosuficiente.