EL MUNDO AYMARA – La Independencia y la República: nuevas formas de colonización
Las luchas por la independencia y la emancipación del yugo español, además de contribuir con la finalización de los virreinatos en América Latina (1821-1824), contribuyen también a la división política de los nuevos Estados.
Ello acaba con la unidad territorial de los aymaras. La independencia es posible debido al cansancio de la opresión, la esclavitud y las injusticias que habían llegado a su máximo apogeo con todos los sistemas de explotación y humillación impuestos.
“La injusticia había llegado a su punto máximo, ‘pues todos habían sido convertidos en siervos y así son muchísimas las haciendas y muy raras las comunidades, por ser todas de españoles’. También los servicios feudales eran insoportables (…), tampoco se paga a los pongos, mitayos, muleros ni otros servicios que los naturales hacen”
11. Las denuncias contra estos hechos, las exigencias por los derechos humanos de los indígenas y la sed de libertad desembocan en levanta- mientos indígenas; se oyen las voces proféticas de clérigos y grupos religiosos.
12 y se producen sublevaciones emancipadoras de aymaras y quechuas (sobresalen Túpac Amaru [1780]13 y Túpac Katari [1781]14).
La República significó sólo un cambio de amo, agravándose aún más la ruptura de la cohesión campesina y del carácter comunitario de los aymaras. A pesar de que el código civil del Perú (1852) definía la situación personal del indígena como ciudadano peruano, con los mismos derechos legales y obligaciones que los otros.
Los sistemas de explotación continuaban siendo como en la Colonia, mantenidos por las estructuras estatales en estrecha relación con los hacendados o gamonales y el apoyo de un sistema eclesial aún feudalista.
Las reformas agrarias prometían una distribución equitativa de las tierras y la liquidación del sistema feudal de servidumbre. No se niega que hayan creado un ambiente de mayor seguridad y libertad en las comunidades, sobre todo en la autodeterminación respecto a su tierra, pero también las mejores tierras continuaban en manos del gamonalismo estadual.
El creciente minifundio de repartición generacional generó la emigración de los aymaras a los grandes y pequeños centros urbanos en búsqueda de mejores condiciones de vida.
La búsqueda de justicia y libertad provocará continuos levanta- mientos aymaras y quechuas en contra de las injusticias y la agresión de los sistemas republicanos, tanto del Perú como de Bolivia.
La mística de estas revueltas fue restablecer el Tawantinsuyo, dando lugar al nacimiento de organizaciones campesinas cuya reivindicación política, social y religiosa estará basada, y reforzada, en el pensamiento de los grandes héroes aymaras y quechuas del pasado16.