El agua: Ideología y poder de los Incas1 – Conclusiones
El sistema de ceques, entonces, cumplía múltiples funciones: formaba un marco de referencia espacial, basado en el centro, que permitía ubicar linderos de tierras, formalizaba el rango social de los grupos cuzqueños dentro del sistema político, y codificaba la repartición de derechos y de obligaciones a tierras y aguas, además llevaba la cuenta temporal del calendario anual.
Todo esto expresado por ritos dedicados a la tierra y a las aguas. El Inca y su reina, la coya, se colocaron al centro de estas divisiones espaciales, temporales, sociales y económicas, y asumieron la responsabilidad de mantener el equilibrio cósmico.
Mediaron con las fuerzas naturales de arriba y abajo y adentro –el Sol, el relámpago, la lluvia, las aguas subterráneas– para evitar los desastres principales: las inundaciones y las sequías.
El Inca iniciaba la siembra y la cosecha, saludaba y despedía las lluvias estacionales, y tenía ritos que solo él y los otros Incas podían hacer para finalizar un período peligroso de lluvia o de sequía extendida (Ver Figura 8).
El agua en sus múltiples formas era el elemento original de este cosmos y sus movimientos lo envolvían todo. El papel del Sol se subordina al del agua.
Por eso, he argumentado que el agua representa el elemento más importante de la cosmología incaica y que el agua era la esencia de la vida misma. Dentro de este marco teórico incaico, podemos comprender mejor el riego.