El agua: Ideología y poder de los Incas1 – El agua en la cosmología

Una cosmología es el marco teórico que permite a un pueblo el ordenamiento de las fuerzas naturales y sociales del Universo, lo cual facilita el manejo del Universo así entendido por los miembros de la sociedad.12 La circulación del agua era el principio dinámico que explicaba el movimiento y las fuerzas del cambio.

Si se hiciera un modelo geométrico del cosmos andino, sería un espacio englobado y curvado (Ver Figura 2). El espacio horizontal se basó en una división cuatripartita, las cuatro direcciones cardinales, medidas por el movimiento del sol respecto de la Tierra. El espacio vertical se distribuye a través de un eje con que se mide el espacio de arriba y el espacio de abajo.

El centro es el punto de intersección de estas tres dimensiones. El centro es chaupi en quechua y taypi en aimara –el lugar donde por lo menos dos extremos se juntan y se transforman en otra cosa. Además, ‘abajo’ es también ‘adentro’, lo cual requiere que las cuatro direcciones cardinales se curven hacia abajo para reunirse dentro del medio de la tierra.

La parte inferior del Universo es un mar cósmico. Su superficie superior es visible en los puntos donde rodea la tierra. Estas aguas se profundizan hacia abajo y hacia el centro, desde donde ascienden con un movimiento vertical hacia arriba. Estas aguas salen a la superficie de la tierra en forma de manantiales, lagos, ríos y riachuelos (Ver Figura 3).

El Universo se originó en este mar, cuando todo era mar, la unión de todas las aguas. Este concepto es pachacuti. Los Incas creían que todo se originó en el lago Titicaca, que se encuentra entre el Perú y Bolivia, a unos 3,810 metros sobre el nivel del mar, el lago más grande de los Andes y, por ende, la manifestación más grande del mar cósmico en la sierra andina.

Allí se crearon el sol, la luna y las estrellas. Esto estableció la separación de la tierra y del mar. Las aguas siguieron un movimiento centrífugo, empujando del centro de la Tierra hacia afuera, en la forma de ríos subterráneos que afloraban como manantiales, y luego las aguas fluían hacia el mar otra vez en la forma de riachuelos y ríos.

Los lagos, ríos y el océano que se formaron de este modo, se unificaron bajo el concepto de Mama Cocha, la madre de estas aguas. La unión de todas las aguas, o pachacuti, es el concepto que inicia este ciclo hidráulico. El lago Titicaca se conecta con el mar circundante por medio del eje vertical, que se conceptualiza como un gran océano o lago por debajo y dentro de la Tierra (Ver Figura 2).

El movimiento centrípeto desde la superficie de la Tierra devuelve las aguas de los ríos y acequias al mar que está debajo y dentro de la Tierra. Esta cosmovisión es un sistema cerrado, sin ninguna orientación fija o absoluta. Precisa de un punto de vista, un centro, para poder definir la distinción entre ‘afuera’ y ‘adentro’, entre ‘arriba’ y ‘abajo’.

Los Incas, y la civilización anterior de los Tiahuanaco, escogieron conscientemente el lago Titicaca como el centro de todos los orígenes. Se definió como el punto de referencia primordial. Los Incas también reconocieron el ciclo de evaporación-precipitación. Para explicar este fenómeno, conceptualizaron a la Vía Láctea como un rio celestial, el Mayu, que fluía desde el mar cósmico al cielo como una banda o faja, o quizás, dos.

13 La constelación de la Llama, dentro del Mayu o Río (que es una constelación negra, cuyos ojos son Alpha y Beta Centauri), tomó el agua de los manantiales, lo cual contribuye al equilibrio cósmico, porque evita otra unión de todas las aguas o pachacuti. La Llama desciende al horizonte y desaparece durante la estación seca, para reaparecer en el horizonte durante la estación lluviosa.

14 El Arco Iris también absorbía el agua de la Tierra en un circuito más reducido, y el agua volvía a la tierra en forma de lluvia, acompañada del trueno y del relámpago, un sólo concepto llamado chuqui Illapa. Las nubes almacenaban el agua, pero también otras formas dañinas, como el granizo y el hielo, que arrojaba un felino celestial (Ver Figura 3).

El movimiento en este Universo también se conceptualizó como el Amaru, la serpiente que revuelve en las aguas turbulentas, llenas del sedimento de lodo de los ríos crecidos o avenidas, llocllas en quechua. Este concepto une lo ‘de dentro y abajo’ con lo ‘de arriba’ también, porque se asocia con los ríos subterráneos y con unos fenómenos celestiales que los españoles tradujeron como ‘dragones’, los cuales serían, tal vez, movimientos de cometas u otros fenómenos estelares. También el Amaru se asocia con el campesino, el agricultor.

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