EL MUNDO AYMARA – Origen y ubicación geográfica
a. Origen de los aymaras
El origen de los aymaras se pierde en la penumbra de los tiempos y se diluye en la génesis de todos los pueblos originarios de América Latina. Normalmente, el pueblo aymara es estudiado a partir de la cultura precolombina del Tiwanaku y, sobre todo, con la civilización del imperio incaico.
Muchas veces esto causa indignación y preocupación en los aymaras que quieren mostrar de una manera expresiva, el modo de ser, la vida, las luchas y el orgullo de su pueblo frente al resto del mundo. “El pueblo aymara ha sido acusado de no poseer una historia y, aún más, de no hacer historia.
Los estudios del mundo andino, tanto nacionales como extranjeros, al tratar de exponer la grandeza del último imperio andino del Tawantinsuyo, gobernado por los incas, han marginado a la nación aymara. La historia y la cultura de este pueblo ha quedado ensombrecida por la fama del imperio incaico.
Sin embargo, el pueblo aymara sigue en pie como grupo cultural que ha cimentado profundamente su medio natural y ha forjado su carácter combativo en el altiplano del Collao”
2. Hubiera sido fácil, así, situarnos en la cosmovisión incaica, para la que tenemos muchas más fuentes, pues es difícil diferenciar lo que ha sido inca de lo que fue anterior. Sin embargo, gracias a estudios arqueológicos, antropológicos y otros, sobre la cultura aymara, es posible una fidelidad mayor a este pueblo3. Intentando reconstruir la historia de este pueblo se nos presenta el problema del origen del hombre americano.
Los estudio- sos contemporáneos, remitiéndose a investigaciones anteriores, nos indi- can que el hombre se ubicó en el Collao aymara entre el 10.000 a 12.000 a.C. Afirman, también, que en el territorio que ocupan hoy los aymaras aparecieron dos razas: la colla y la aruwak. Los collas habrían sido forma- dos de varias tribus o subtribus, entre quienes hoy podemos identificar a los lupacas, collaguas, pacajes, etc.; y de los aruwac, a los uros, chipayas, etc., denominados, hasta nuestros días, “los primeros hombres”.
Después de ellos surge la cultura Tiwanaku (1580 a.C. – 1172 d.C.), en las orillas del lago Titicaca, entre los actuales territorios del Perú y Bolivia. Ella es el mejor exponente del pueblo aymara y la más importante entre las culturas andinas. En su último período, Tiwanaku abarcó un inmenso territorio que se extendió hacia la sierra y la costa central del actual Perú, llegando al Ecuador, a la costa norte de Chile y hasta el norte de Argentina4.
b. Ubicación geográfica
Ese origen histórico de los aymaras aún no clarificado se desenvuelve en un área geográfica muy específica, a la que llamamos altiplano -la meseta del Collao-5 El altiplano boliviano-peruano está situado a una altura aproximada de 3.800 metros sobre el nivel del mar.
Es una enorme meseta árida entre las cordilleras Real y Occidental del gran macizo de los Andes. De clima frío, terreno adusto y paja brava, presenta dificultad de cosechas fuera de las cercanías de algún arroyo o de las inmediaciones del gran lago sa- grado Titicaca, con sus 3.800 Km2 de extensión y centro común de la gran Marka o pueblo aymara.
La vida humana resulta también difícil y sacrificada. Los caminos polvorientos que el mismo aymara construye con enorme esfuerzo y trabajo comunal se vinculan con las grandes y principales carreteras desde sus ayllus o comunidades.
Hoy por hoy, este pueblo de unos tres millones de personas6 se extiende por el sur (Bolivia: La Paz, Oruro, Potosí, Cochabamba y, debido a migraciones en los últimos años, Beni y Santa Cruz); por el norte (Perú: Puno, Tacna y Moquegua, además de una zona de Arequipa y otra del grupo kauki en la región de Tupe [Yauyos], en el departamento de Lima) y por el norte de Chile.