El regadío, los lagos y los mitos de origen – Conclusiones
Hemos visto el importante rol que las vías o canales subterráneos, que se dicen provenientes de los lagos, tienen tanto en las explicaciones sobre la hidrología subterránea, como en las explicaciones cosmológicas del origen de los pueblos andinos. Un área que reconoce a un mismo lago como la fuente del agua para la irrigación de sus tierras, tenía en ese lago un símbolo para la unificación política. La tradición andina de fundar una aldea o ciudad encima de un lago tiene dos razones: para apropiarse del agua y para establecerse como fundadores legítimos, al asociar un vínculo acuático local con el origen del Mundo en el mar.
El lago Titicaca, como el lago más grande de la Sierra, representaba al mar. Según los mitos serranos, el Mundo fue creado allí. Fue el centro de la dispersión subterránea de aguas y ayllus. Otros lagos, como Conococha, Choclococha y Coricocha, tenían un papel análogo para un área local. Estos conceptos deben ser muy antiguos en los Andes, probablemente desde el Horizonte Temprano, como atestigua el templo de Chavín y, posteriormente, la cerámica Nasca.
Reinos e imperios preincaicos, como los de Tiahuanaco y Huari, habrían utilizado estos conceptos hidrológicos y cosmológicos para expresar una unidad política a un nivel mayor y más complejo que el nivel de organización fundamental y básico de los Andes, el ayllu. Muchos ayllus, al reconocer su origen común en un lago, disponían de un lenguaje y una lógica para justificar su unificación.
Los Incas habrán seguido, sin duda, el patrón andino de los Huaris y Tiahuanacos. Fundaron su capital en un lago. Los reyes que fundaron las dinastías de Hanan y Urin Cuzco realizaron obras hidráulicas importantes: Sinchi Roca, de Urin Cuzco, drenó las aguas del centro de la ciudad, e Inca Roca, de Hanan Cuzco, canalizó las aguas de irrigación más importantes hacia la ciudad desde Chacan.
Este, además, incorporó los territorios de los Guallacanes y de los Ayarmacas bajo el dominio cuzqueño y, de esta manera, logró controlar sus aguas, que tenían sus orígenes — reales o simbólicos– en el lago de Coricocha y en el lago debajo de Sencca-Huayna Corcor, respectivamente. Las fuentes de agua llegaron a ser huacas principales de los incas y fueron incorporadas en el sistema de ceques, el “modelo” incaico de organización religiosa, social, territorial y política.
Sencca, con el antiguo territorio de los Ayarmacas, se incorporó en el Chinchaysuyo, el sector Noroeste, y Coricocha, con el territorio antiguo de los Guallacanes, en el Antisuyo, el sector Noreste. Las aguas originales del lago del Cuzco se asociaban con las que corren al Sudeste a través del Collasuyo. El cerro Huanacauri estaba dentro de ese sector y tenía una importancia similar al de Sencca. Se asociaba con el arco iris, que es la entidad que mantiene el balance hidrológico en el universo al absorber el agua de la Tierra y llevarla al cielo para convertirse de nuevo en lluvia.
82 Los riachuelos alimentados por los manantiales de las faldas del Huanacauri son fuentes de agua para irrigar las chacras ubicadas al Sur y Suroeste del río Huatanay. Anahuarque, Puquín y Quilque son otros cerros que son fuentes de aguas para el área del Contisuyo, el sector Sudoeste del Cuzco incaico. Futuras investigaciones revelarán la mitología hidráulica de este sector.
Por último, los Incas trajeron arena del mar para llenar el centro del Cuzco, un gesto que declaraba que el Cuzco era el centro político y cosmológico del imperio del Tahuantinsuyo. En resumen, los pueblos andinos antiguos no solo poseían los conocimientos prácticos de la hidrología subterránea, y desarrollaron técnicas para utilizar las aguas subterráneas, sino que elaboraron una cosmología basada sobre estos conocimientos, que era útil para expresar conceptos de etnicidad y de unidad política.